miércoles, 24 de marzo de 2010

Como deciamos ayer... (de S. Agustín del Guadalix).

Un poco telegráficamente que esta semana ando de cabeza.

Un terreno, simple y llanamente, perfecto: limpio como la patena (lo de limpio tanto en la acepción más nuestra como en la más ecológica), blando, fresco y sólo moderadamente alpino. No me extraña que el Aguila se haya instalado allí.

El trazado para la carrera de H-40 bien ajustado: exigente en lo físico en la larga y en lo técnico en la media (mi más sincera enhorabuena al/los trazador/es: no lo tenían fácil con el agujero existente en el centro justo del plano).

Ni frío ni calor, ni demasiado húmedo ni demasiado seco, ni lluvia ni sol abrasador... ¿se puede encontrar mejor tiempo para hacer deporte?.

El bar tenía de todo lo imprescindible: latas de cerveza. Y creo que también alguna que otra extravagancia: comida, caldo, y bebidas de segundo orden (agua, coca cola, etc.)

Excelente organización que tuvo el detallazo de no arredrarse y dar explicaciones, antes de empezar, sobre el por qué de algunas cosas.

Buen trabajo de campo, las balizas estaban en su sitio y visibles desde dónde deben ser visibles: ni demasiado evidentes ni escondidas.

Las carreras (digo las mías, claro) rápidas pese a lo muy exigentes (con algún tramo demoledor), bien pensadas y bien ejecutadas (tened en cuenta, por favor, quién escribe) y sin fallos graves: buena clasificación (volved a tener en cuenta quién escribe). Sólo dos peros: el sábado empiezo demasiado lento y el domingo no veo en la realidad lo mismo que veo pintado en el plano en la zona donde estaba ubicada la catorce lo que me despistó, también es cierto, más de la cuenta (¡ojo¡ no estoy diciendo que sea el plano lo equivocado, digo que probablemente fallé en la hermenéutica, en la interpretación de los criterios de simplificación).

A entrenar que llega tajo: Campeonato de Madrid y Campeonato de España.
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Hala... me voy que he de seguir trabajando.

martes, 23 de marzo de 2010

San Agustín del Guadalix


Magnífico todo (terreno, trazados, carreras, organización... bar)...

Pero ya abundo en ello otro día que hoy si me paro a pestañear me pilla el toro...





martes, 16 de marzo de 2010

Madre nutricia.




A la Berzosa voy con una simple y llana determinación, con un objetivo muy claro: hacer una carrera bien pensada.

En general: lo consigo.

Ahora vienen los matices:
Siguiendo los consejos que me dio quien puede darlos, comienzo despacio, “en la larga, en las primeras balizas no se gana la carrera y sin embargo es fácil perderla”. Así, al “tran tran”, la interpretación de la pintura me resulta sencilla y los dos primeros controles están allí, exactamente, donde voy a buscarlos. Eso sí dos percances por el camino, un tropezón del que resulta una buena hos... y un ligero esguince en el dedo índice (que me va a tener unos cuantos días sin jugar al tenis), y un encontronazo con un alambre espinado sin uso y rastrero que me deja un bonito recuerdo en forma de 715 en media... y pantorrilla.

La aproximación al tercer control, moderadamente alejado del segundo, y susceptible de hacerse por varias rutas, es buena. Sin embargo algo falla en los últimos metros: veo la piedra, el cortado, y el verde que hay dibujados dentro del circulo, pero como la descripción de controles indica “vaguada” y yo, en la realidad, no veo que esos mencionados elementos estén en una, me paso de largo el conjunto en la confianza de que otro muy parecido, el bueno, aparecerá más adelante. Más adelante el conjunto no aparece así es que doy marcha atrás. Es curioso, cuando llego al sitio que antes he descartado, la vaguada que recién no existía se ha hecho ahora evidente, y como no, allí está la baliza esperándome.

Camino del cuarto control, de ubicación inequívoca, coincido con uno de los buenos de mi categoría (H-40). Como los siguientes controles, cinco, seis, siete, y ocho, no ofrecen demasiada dificultad técnica, y sé en todo momento dónde estoy, me surge la oportunidad de medirme a mi competidor: voy más rápido que él en espacios abiertos pero él es más constante en las zonas más intrincadas, o lo que es lo mismo, hacemos juntos la carrera desde la cuatro hasta la nueve. Sin embargo, algo antes de llegar al noveno control donde a mi me parece que hay que dirigirse al norte, él lo hace hacía el este. Se me pasa por la cabeza seguirle porque él es el bueno y yo el malo, el va directo al control y yo me estoy equivocando, pero... afortunadamente, no lo hago. No clavo la baliza (me equivoco en el acceso) pero consigo llegar sensiblemente antes. Lo reconozco, obnubilado (se excusa mi maltrecha conciencia) por el micro éxito, toso al mismo tiempo que meto la pinza en la base para tapar el pitido y, como dicen en el cine, no delatar mi posición.

Pronto el destino pondrá las cosas en su sitio.

A la diez llego rápido y muy controlado porque la ruta que he seguido es, salvo trochas y alcorces evitando sinuosidades, todo camino. Más rápido ha tenido que ir mi rival que acuciado, me enorgullece pensar, por el reciente hachazo, llega casi al tiempo.

Y allí el segundo error (“gordito”) de la mañana: de la diez me voy a la doce. La cosa no termina en desastre (error en tarjeta) porque al poco de salir miro atrás y como donde hasta hace un momento había un tío con los ojos inyectados en sangre (... vale, sí..., exagero, pero algo de épica hay que darle a esto... ¿no?) ahora reina la nada, decido comprobar qué es lo que ha podido pasar. Tardo poco en advertir que me he saltado la once pero lo suficiente para que, camino de vuelta, esa vez en la que me cruzo con el otro, que ahora como rie el último rie mejor, sea la última vez que lo vea.

El rapidísimo final, en buena parte urbano, no tiene mucho que comentar... bueno sí... (me jacto), en los últimos controles dos de los mejores parciales son mios.

En definitiva mejor carrera en sensaciones que en resultado (si me dieran un duro por cada vez que he escrito esto...) en la que creo haber cumplido, ya lo decía al principio, con el objetivo que me había propuesto... no cagarla.

Deseando estoy que llegue ya Guadalix... (voy a correr hasta el “Model event”).

martes, 9 de marzo de 2010

Rhythm ´n´ O

El Coto de las Maravillas me ha hecho entender lo importante que es dar con el ritmo correcto para cada mapa.

Cada plano, cada carrera, requiere de un ritmo determinado (y es posible que dentro de cada carrera también cada tramo exija el suyo). Imposible correr en la Berzosa como en Navalcarnero como imposible es correr en Peguerinos como en Guadix.

Obvio sí pero, a juzgar por los comentarios en Cehegín tanto de los orientadores "diletantes" como de los “profesionales”, difícil de llevar a la práctica. ¿Por qué?

Mi teoría, que no deja de ser la de un orientador neófito bastante malillo (también con mucho interés y absolutamente entregado a este deporte) es que mientras que otras cuestiones técnicas son relativamente fáciles de interiorizar y mecanizar (una vez mecanizado el acto o gesto técnico de que se trate el deportista ya no ha de pensar en él para ejecutarlo correctamente*) esta del ritmo no es una cuestión, al menos para los que no tocamos plano más que de semana en semana y por su propia esencia, de sencilla automatización (casi a cada momento has de revisar conscientemente si estás leyendo bien).

Solución (perdón por lo pretencioso de la afirmación): No queda otra que prestarle atención prioritaria tanto en el fase de planteamiento: has de tener bien claro el tipo de carrera al que te vas a enfrentar; como durante el desarrollo de la prueba: hay que alcanzar un estado de alerta y concentración tal que la corrección de los posibles errores de ritmo sea inmediata cuando no automática (bueno ya... lo antes posible).

En Cehegín me equivoqué de ritmo el sábado y no me dí cuenta hasta la baliza 15.

Ya tengo detectado el problema y, quizá (¿alguien quiere dar su opinión al respecto?), también la solución.

Pocos sitios tan buenos como La Berzosa para llevar a la práctica eso del ritmo adecuado.

Ya os contaré ...

*Por ejemplo: un tenista avanzado o experto cuando va a ejecutar, pongamos, un revés no necesita pensar en que ha de mirar la bola, variar la empuñadura de la raqueta, ponerse de lado apuntando con el hombro a la pelota, agacharse, flexionar, apoyar el peso del cuerpo sobre la pierna de ataque etc... todo eso lo hará inconscientemente, mecánicamente.

lunes, 8 de marzo de 2010

De piruletas y peces.

Decía el boletín, tin tin tin... informativo del “Costa Calida”, da da da..., que el Coto de las Maravillas, llas llas llas..., evidenciaría quienes saben y quienes no saben Orientación. Si esto fuera así, ¡ay ay ay!..., a juzgar por resultados y sensaciones, ¡ay ay ay!..., creo que mi lugar estaría en lo más profundo del agujero, ro ro ro... en el que estuviera metido ese segundo grupo (eso que se oye es el eco, que aquí abajo, cerca del centro de la tierra, es ensordecedor).

Finalizada la carrera del domingo tengo la oportunidad de intercambiar impresiones con Daniel Martín y Juanma Mérida (me caen especialmente bien estos chicos: son amables, ríen con franqueza, y tienen ademán tranquilo e inteligente) y este último que no ha tenido un buen fin de semana y parece realmente afectado me dice algo que hago mío y que lo resume todo: “Hay varias cosas sobre las que reflexionar”.

Con todo, el Domingo consigo disfrutar de un terreno que me pareció magnifico, tan alejado como lo están la cara y la cruz de lo que es habitual en esas latitudes, y tanto el sábado como el domingo de un “ambiente” que no debería abandonarse nunca.

No termino sin una recomendación: la próxima vez que vayáis por la misma zona de la carrera no dejéis de ir a comer arroz, o cualquier otra cosa pero sobre todo arroz, a Casa Cirilo, en una pedanía llamada Algezares que está muy muy cerca del Coto de las Maravillas.

P.D. ¡Ánimo Juanma un mal día lo tiene cualquiera!

viernes, 5 de marzo de 2010

Cosas que hacen que la vida valga la pena.

No quería yo salir de viaje hacia el sureste sin dejar escrito las ganas que tengo de llegar, de competir, de enfrentarme al terreno, al plano, a mis amigos enemigos, a mi mismo; sin dejar escrito que viva la orientación y la madre que la parió...

Se acabaron los malos rollos que llega el fin de semana de liga española.